El Futuro Perfecto

1ª Sesión
Temática Representación                                                                                                        El Futuro Perfecto de Nele Wolhatz





















Sinopsis 
Xiabon tiene 17 años y no habla una palabra de español cuando llega a Argentina. Pero unos días después ya tiene un nuevo nombre, Beatriz, y un trabajo en un supermercado chino. Su familia vive en un mundo paralelo en una lavandería, lejos de los argentinos. Xiaobin ahorra dinero en secreto y se apunta a una escuela de idiomas.



Textos, comentários, ideias de lxs participantes

Texto de Rodolfo Monserrat Pintado
Esta es la historia de Xiaobing Zhang, una adolescente china de 17 años que por cuestiones no explicadas en su testimonio, decide emigrar hasta Buenos Aires (Argentina) junto con su familia, de la cual aún no conoce a sus hermanos menores. Cuando llega al país se encuentra con una familia que en cierta manera la rechaza, un shock cultural importante frente a lo oriental y una barrera idiomática puesto que desconoce totalmente el castellano.
Xiaobing vive atrapada con su estirpe en la lavandería que regentan, pero ella quiere ser independiente y entrar en el mercado laboral por su cuenta puesto que necesita orientar su vida a algo que aún no sabe muy bien dónde la llevará.
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Empieza en una charcutería, pero la carencia del lenguaje le hace ser dubitativa en lo que le piden los clientes y constantemente acabar equivocándose. Así pues a la semana es despedida por el propietario. En ese momento es cuando Xiaobing decide empezar a tomar clases de lengua, unas lecciones que compartirá con otros alumnos asiáticos y con los que irá conformando un primer grupo de amistad.
Pasan los días y, ahora la muchacha decide que se llamará, de forma occidental, Beatrix, y con esa “nueva identidad” tratará de afrontar los retos diarios, entre ellos iniciar una nueva andadura en lo laboral trabajando en un supermercado cercano a la lavandería de sus padres.
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Uno de los días en que acaba la jornada del trabajo, conoce a Vijai, un muchacho indio con el que empezará a entablar una relación de amistad y con la que aparentemente, al menos por parte de Vijai, buscará unirse más a la joven Xiaobin, cosa que los padres de Zhang no aprueban, ya que para ellos solo debería relacionarse con otros chinos e incluso están medio apañar un matrimonio con un joven asiático, cosa que ella no va a tolerar.
La cinta está basada en hechos reales, siendo Xiaobin Zhang la protagonista de su propio relato. Un viaje sobre la incertidumbre de no sentirse enraizado al mundo, de no saber de dónde vienes, dónde estás y hacia dónde vas; de hallarse en la tesitura de vivir una vida no acorde a lo que uno desea.
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Esto último lo vemos en el transcurso de la película en tres personajes claves; Xiaobin, Viraj y Nahuel.
En el caso de Xiaobin como he comentado, ir a un lugar donde todo su mundo se gira y se transforma en otra cosa que desconoce cómo ligar a su mentalidad. Por la parte de Viaji, el hecho de viajar hasta Argentina para trabajar pero sentir que debe regresar a su India natal, de seguir los dictámenes de su religión y de casarse según sus costumbres, sin él compartir en cierta manera esa identidad. Y, por último Nahuel, haciendo de amigo de Xiaobin y actor también dentro de la película, puesto que realmente es intérprete (hace unos meses reseñamos Au revoir là-haut de Albert Dupontel, donde él es el protagonista), un Nahuel que no siente ser argentino, habla chino mandarín perfectamente y necesita relacionarse con gente del país asiático, puesto que es así cómo se siente en esta ficción, claro está, más oriental que bonaerense.
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Parece que el sentimiento de pertenencia es en lo que más ahonda Nele Wohlatz, la directora, puesto que la falta de arraigo a una tierra, sea por el motivo que sea, desubica a los jóvenes, llevándolos a un sentimiento de culpa y a un resistente desasosiego interior.
La cinta es claramente un documental ficcionado, en formato de ensayo, que trata de mostrar en definitiva que “el futuro perfecto” no existe, podemos encontrar algo similar a ese “sueño” pero no va a asemejarse al que imaginamos, sino más bien va a tener obstáculos, más o menos fáciles de superar, pero el resultado final que encontremos será un porvenir algo diferente al que buscamos desde un principio.
Rodolfo



Texto de Covadonga

Cuando aprendemos una lengua, no solo aprendemos una lengua. Aprendemos nuevos significantes para las cosas y, con ellos, nuevos fonemas en nuestras bocas, nuevos gestos en nuestras caras, nuevos caminos de pensamiento e imaginación, nuevas posibilidades para encontrarnos con las otras; nuevas miradas y nuevos yoes.


Aprender una lengua nueva y, en este caso, tan diferente (castellano argentino para la joven china protagonista) como condición sine qua non del inmigrante en el nuevo pedazo de tierra. Entrar en el proceso de normalización lingüística. Aprender la lengua imperante de allá donde las circunstancias te reasientan como condición, también sine qua non, para lograr la guita que posibilite los básicos:  la casa, el alimento, el transporte, el ocio, una cierta autonomía...


Trabajo y lengua como las piedras angulares para la adaptación al nuevo medio, Buenos Aires. Imposibilidad, a priori, de supervivencia sin dinero y sin código común. Nuevas capas que se van sumando a la protagonista, la muñeca rusa dentro de la muñeca rusa dentro de la muñeca rusa, que van complejizando su identidad previa, e incorporando un cierto barroquismo a la estructura de un  filme que juega con las expectativas de las espectadoras, con los códigos por ellas aprehendidos, cuestionando los límites de la representación, su permeabilidad, su provisionalidad, su complejidad...


En paralelo, se filtra el simple acto de observar el nuevo entorno en silencio, observar a las otras en un vagón de metro, abandonarse a los ritmos del traqueteo urbano y a las múltiples posibilidades que los procesos de transición abren. Hay otros lenguajes posibles que discurren siempre en paralelo a las palabras (o en ausencia de ellas), como el lenguaje de la mirada o el del primer plano, la decisión de la cámara por estrechar las distancias decantándose por un rostro, descansando simplemente en varios rostros en continuidad. ¿Qué quiere decir un rostro? ¿Qué puede decir un rostro? La infinidad de un rostro como la imposibilidad de registrar la totalidad de la realidad (o de la ficción) reverberan en Un futuro perfecto que construye y deconstruye capas como quien ensaya escenas para una vida.


Cada vez, aprender a mirar de nuevo -el más difícil todavía-, a simplemente mirar, antes de nada, y en ese re-aprender, ponerse en pausa e irse dando cuenta de todas las deformaciones con las que una ya viaja. Desde dónde miro, con qué filtros miro ya, qué bases/clichés/prejuicios visuales, culturales, sociales, cognitivos, emocionales... me atraviesan previamente los ojos. Lo difícil es mirar como si fuera la primera vez, deconstruirse todas las capas, desandarse los dos ojos, invocar un colirio mágico para  entregarse a la incertidumbre de nuevas posibilidades. Y en el visionado colectivo, darse cuenta de que, en cierto grado, cada una ha visto una película distinta -como habitante de una realidad distinta-, pero que hay puentes subterráneos dispuestos a recorrerse en el diálogo. Otro posible comienzo.


Covadonga






Texto de Riccard



Els documents audiovisuals traslladen la veritat a la pantalla? De quina manera o en quins aspectes?
És lícit que el cinema documental exageri o ficcioni una realitat social concreta? El fi justifica els mitjans?
Potser només són qüestions ètiques no necessàries per a una anàlisi d'un film.
Riccard




Texto de José Luis

FUTURO PERFECTO: SUEÑO O REALIDAD


“Lo que hace documental a la ficción es siempre su capacidad de imitar mi percepción de la realidad…” (J. Aumont. Límites de la ficción) Ante esta afirmación de Aumont deberíamos preguntarnos qué entendemos por realidad, si es aquella la cual vemos, la que vivimos, que soñamos o la que pensamos. En la película “Futuro perfecto”, además de la clara relación del título con el aprendizaje de un idioma por parte de su protagonista. Una vez asimilado en la escuela este tiempo verbal ya podrá estructurar en su mente distintas posibilidades de actuaciones que veremos conjugar en la última parte del filme. Nele Wohlatz, al traducir en fotogramas las ideas mentales de Xiaobin sobre lo que le depara su futuro nos está presentando una “realidad otra”, no vivida, pero sí pensada, o tal vez… soñada. Si en el cine de ficción y también en el documental, la realidad es representada siempre en un tiempo pasado o en ocasiones pretendidamente presente, aquí nos encontramos con una fórmula de representación que se basa en el reflejo de distintas posibilidades de realidad todas ellas futuras, que no han tenido lugar, pero que posiblemente sucedan. Esta “otra realidad” representada ya la experimentaron los surrealistas allá por los años 20 y 30 del pasado siglo, cuando pintaban al siguiente día lo soñado la noche anterior, con un fin de inmediatez por despertar e interpretar las imágenes del mundo subconsciente. De la misma manera que indica Aumont en el texto mencionado, “el documental ya no tiene por qué preocuparse de producir una realidad, sino de atraparla”, nos encontramos que Wohlatz nos remite a unas imágenes que intentan corresponder a la realidad, en este caso “otra”. Filma mediante un procedimiento que continuamente fluctúa entre la ficción y el documental, o mejor dicho del documento, pues la traducción al fotograma de esa supuesta realidad se encuentra influenciada por un filtro, el del punto de vista de su creadora. Cuando la protagonista de la película visiona su futuro vemos que no se trata de una realidad vivida, sino de una realidad soñada; la representación de deseos interpretados en la pantalla a través del relato de una persona que sueña. Por ello, cuando Buñuel inserta en sus películas distintos sueños de sus personajes debemos cuestionarnos si su proceder, responde a la ficción o a un intento de filmación de la realidad soñada, y volveríamos otra vez a Aumont para afirmar que “el documental ya no tiene por qué preocuparse de producir una realidad, sino de atraparla”. La película tratará de atrapar la realidad mediante una puesta en escena de unos sucesos reales inspirados en la vida de Xiaobin que nos plantean, como ya he dicho, distintas preguntas sin respuesta definitiva sobre la relación entre documental y ficción: ¿Pertenecen a la ficción la representación de las imágenes soñadas? ¿Si no es así, entonces en que categoría las encasillamos? ¿Aumentan la percepción de la realidad la filmación de estas imágenes supuestamente “reales”, pero invisibles, porque se produjeron con anterioridad en la mente de otra persona?


José Luis

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